UNO, DOS, TRES (One, two, three, Billy Wilder, 1961) |
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por Sergio Díez de Pedro | |
En este título, Wilder mezcla los ingredientes clásicos: un guión que funciona con la precisión de un reloj de cuco suizo, secundarios memorables, mucha mala uva, y un histrión inspirado lanzándose a tumba abierta. El resultado no puede ser más que un manjar irreprochable, que galopa al ritmo de los chasquidos de dedos de Cagney, que aquí demuestra, en registro de comedia, que es uno de los Grandes. Ni un segundo de aburrimiento en Berlín Occidente (ni en Atlanta). La Coca-Cola en el epicentro de la Guerra Fría. |
MacNamara: Algunos de los policías de Alemania del Este son rudos y suspicaces. Otros son suspicaces y rudos. Otto Piffl:¿Todo el mundo es corrupto en este mundo?
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CINE CLÁSICO |